puro chocolate


Saboreando una gran onza de chocolate negro evoco tu ausencia.  El chocolate negro, el puro, el que nos hace apretar la lengua al paladar con su amargo dulzor, cuanto más oscuro mejor, ése es el que nos gusta. Bueno, me gusta porque ahora no sé muy bien dónde estás y si seguirás comiéndolo.
Te pedí, te pedimos, que nos esperaras mientras nos hacíamos una infusión de tomillo para mí y un café y otro para ti, con la tableta del dichoso chocolate delante de todo. Pero… te fuiste. Aunque yo te siento aquí, a mi lado, con ese levantar de cejas tan tuyo, con esa cara de interrogación constante sobre lo que vivíamos, lo que sentíamos, como luchadoras incansables de lo cotidiano y lo cercano.
En estos días, delante del ordenador, sólo llegaba a escribir mis puntos suspensivos; varias veces me dejaste sin habla, sin saber cómo reaccionar ante este robo del que ni tan siquiera puedo presentar una denuncia, ¿a quién? ¿a dónde acudir?.
Te admiro, tu valentía, tu entereza, tu decisión a que el viento no nos dejara tranquilas. Nuestros pendientes tan pequeños, nuestros collares, nuestro color, el lila, nuestras lecturas, nuestra música, nuestros rechazos, nuestros embarazos, tus hijos y mi hija, nuestros chicos, nuestros viajes, nuestras fotos, nuestros corazones, nuestras vidas…
Te prometo que te lo voy a cuidar todo, porque te quiero y, sencillamente, por egoísmo para que me sigas cuidando. Te regaré las plantas y las veré crecer y florecer con tus ojos.
Mientras llega el momento en el que pueda entender lo que nos ha pasado, cómo llenar este agujero tan grande en el que no quiero caer, le haré caso a mi pequeño sol y pintaré mandalas, del centro hacia afuera, mandalas de colores, mandalas sin verde y con poco amarillo, mandalas de luz, mandalas ligeras de colores al viento, que giren rápidas alrededor de las olas de nuestras aguas.

1 comentario:

Óscar Pardo de la Salud. dijo...

Amiga Vicenta, que post más bello, supongo que está dedicado a alguna amiga que ha partido... en fin mucho mucho ánimo.
Te admiro y quiero mucho.
Un fuerte abrazo y hasta pronto.