con luz


En la inesperada oscuridad, un cielo rojo encendido me levantó de pronto con su aterrador látigo, atizando de aquí a allá, ciego de ira y ebrio de orgullo luciendo poder celestial. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo y me refugié en mi siempre suave polar lila tan desgastado por el tiempo. Me abracé tensa mientras un rugir violento, en torbellino, hacía desfallecer las hojas.

Enfoqué mejor mis pensamientos en un intento de alejar el temor de ser abatida por algún perdido rayo de aquel siniestro dominador.

Volvió a mí la calma y… noté de nuevo esa presencia, la de la fuerza que colmándome de luz me advertía del comienzo de una nueva etapa.

Con la paz vino el agua, la veo caer callada. Me trae una lluvia de papelitos de seda rosa palo, muy suaves, que me susurran los mensajes escritos en su interior. Una a una recojo todas estas etéreas caricias, sin olvidar las que se quedaron atrapadas entre las maquilladas copas de los almendros. Voy tan distraída que casi caigo detrás de la que gira y gira sobre una esponjosa flor de algodón.

Ahora no sé qué tengo que pensar, no tengo que decidir, no debo acudir, puedo sentarme y no esperar nada, tengo días completos para respirar.
Como si la espuma del mar se hubiera dado cuenta de que también ella era mar, agua rizada, merengue salado, así llego a esta parte de mi particularidad real, merengue salado bañado con chocolate amargo.

3 comentarios:

Óscar Pardo de la Salud. dijo...

Hola Vicente un relato precioso.
Es todo un placer para los sentidos pasear por tu blog.
Un beso grande.

Unknown dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=ZDAiG4M5fH4

Unknown dijo...

Un saludo y muy buena suerte